En esta entrada vamos a desempolvar un portátil que apareció allá por diciembre de 1997 y que originalmente venía con un Pentium MMX a 133MHz, 16MB de RAM y 1.4GB de disco duro.

Echando un vistazo por fuera, podemos ver el trackpoint, el regulador de contraste, el botón de encendido, los conectores de audio junto al control de volumen y los puertos, entre los que encontramos un conector de alimentación, un puerto PS2 para teclado o ratón, un puerto serie RS-232, un puerto para una dockstation, un bus USB, un puerto infrarrojos, otro paralelo y otro VGA.

Ahora, vamos a ver qué tiene por dentro. Mientras lo desmonto, vamos a repasar el contexto en el que nos encontramos.

Estamos en el 97 y Windows 95 es el sistema operativo omnipresente en PCs domésticos. Este año aparece la versión OSR2.5 con la que se ha logrado un sistema bastante maduro y estable. Además es el año de debut del Pentium MMX y el Pentium Pro MMX que acabará llamándose Pentium II. Estos nuevos procesadores junto a las últimas versiones de Windows 95 se han convertido en uno de los símbolos de los ordenadores multimedia. En esta época es ya bastante raro encontrar PCs sin tarjeta de sonido ni CDROM, al menos en PCs de sobremesa.

Apple está pasando por sus horas más bajas y en septiembre, la compañía decide recontratar a su cofundador, algo que probablemente salvó a la única alternativa real al PC que existía. Además, Intel publica dos estándares que condicionarían el hardware multimedia de los siguientes años. Por una parte, en el floreciente mercado de la aceleración 3D de la época, se presenta el puerto AGP, que ofrece un bus dedicado exclusivamente a una tarjeta gráfica con una conexión directa a la memoria. Y por otra parte, aparece la norma de audio AC’97 que pone la última puntilla al estándar de facto que había imperado hasta ese momento: la compatibilidad con Sound Blaster 16. Esta amalgama de hardware multimedia encontró el aglutinante que necesitaba: DirectX 5, una versión con la que la API empezó a ser un requisito indispensable en un momento en el que la aceleración 3D y los juegos en red empezaban a popularizarse.

Siguiendo con el software, estamos en una época en la que Microsoft se ha apoderado de casi todos los ámbitos. Ya no sólo se trata de su sistema operativo sino que también domina el mercado con su suite ofimática Office, su enciclopedia Encarta y su navegador web Internet Explorer, que por primera vez viene de serie con Windows.

Las fichas que se había colocado sobre el tablero la década anterior, están llegando a su posición final y las bases de la informática personal que vivimos hoy en día, están establecidas: los ordenadores con Windows motorizados con procesadores Intel han ganado la guerra. La era Wintel, está servida.

Ya lo tenemos abierto. Ahora, veamos qué tiene por dentro:

Aquí tenemos un teclado con distribución en español, un par de altavoces, un conector USB con el puerto de infrarrojos, una disquetera de 3.5″ de doble cara y alta densidad, un disco duro IDE de 1.4GB, una pantalla DSTN de 800×600 a color de 18bits y la placa base.

En la placa base encontramos:

El procesador es el más lento de su gama. La arquitectura P5 con el repertorio SIMD apareció unos meses antes de la irrupción del Pentium II. Fueron la respuesta a las nuevas exigencias de rendimiento de los programas multimedia y juegos de nueva generación.

En resumen, este portátil tiene todo el hardware original.

Como de costumbre, encontraréis todos los detalles específicos de este modelo en nuestro museo.

Y ahora, podemos empezar…

Windows 95 OSR2.5

Cuando lo encendemos por primera vez, vemos que la pila de la CMOS está gastada, algo que no será un problema siempre que mantengamos la máquina alimentada.

Tiene Windows 98 instalado, un sistema operativo que todavía tardará unos meses en aparecer así que vamos a ser fieles al momento en el que nos encontramos instalando Windows 95 OSR2.5.

Desafortunadamente, la disquetera no funciona…

…y dado que el arranque por USB todavía no es una realidad, va a tocar buscar una alternativa. Para evitar tener que sacar el disco duro, vamos a aprovechar que tenemos un puerto USB a nuestra disposición y voy a copiar los archivos de instalación en el disco duro desde una unidad de memoria flash.

Cuando conecto la unidad USB, aparece una ventana pidiéndome unos controladores. He descargado uno de los muchos drivers que hay disponibles para Windows 98 y he transferido el archivo usando un cable de USB a RS232. Con la ayuda de HyperTerminal, se han podido transferir los controladores desde un PC actual al Satellite 230CX. Esta opción resulta práctica para archivos pequeños, pero su velocidad máxima de 115 kbps lo hace demasiado lento para cosas más pesadas, como el sistema operativo.

Una vez que tenemos el archivo, tan solo tenemos que instalarlo y reiniciar el PC. Cuando finaliza el proceso, al volver el conectar la unidad de memoria, es detectada correctamente y podemos copiar los archivos al disco duro.

Cuando finaliza la copia, reiniciamos el PC en modo MSDOS y se eliminan manualmente todas las carpetas a excepción de los archivos de instalación que acabamos de copiar. Una vez realizado esta especie de formateo rudimentario, llega el momento de instalar Windows.

La instalación no tiene mucho misterio y en realidad, el proceso ya lo hemos visto en otras entregas. OSR2.5 apareció en noviembre del 97 y fue la última versión de Windows 95. Venía con Internet Explorer 4.0 y DirectX 5 de serie. Además traía soporte para USB y AGP, que en esta época todavía se usan bastante poco. Esta fue la antesala de la nueva versión de Windows que aparecería unos meses después: la primera edición de Windows 98.

Cuando se inicia por primera vez, se ejecuta automáticamente el programa de instalación de Internet Explorer 4.0. Aunque ya había servicios a un precio asequible, en el 97 no era todavía habitual ver Internet en las casas, por lo que tener la última versión de Internet Explorer podía no parecer demasiado interesante.

Pero esta versión era algo más que un simple navegador. Al instalarlo, la interfaz gráfica de Windows sufría una serie de cambios, algunos de los cuales todavía siguen presentes a día de hoy como los iconos de inicio rápido de la barra de tareas. Además, el explorador de archivos (que en realidad era Internet Explorer), venía con una estética renovada e información extra.

Todos estos cambios visuales supusieron un cambio importante con respecto a la interfaz original de Windows 95 y eso hacía que instalar esta versión fuera interesante aún cuando no se disponía conexión a Internet.

Una vez que el sistema operativo y sus programas están instalados, llega la hora de instalar los controladores. Si nos vamos al administrador de dispositivos, vemos que hay problemas con la controladora PCMCIA y la tarjeta de sonido. Además, si nos vamos a las propiedades de la pantalla, vemos que no hay ninguna tarjeta gráfica instalada.

Para copiar los drivers se ha empleado HyperTerminal de nuevo. Primero se instala el controlador gráfico. Después llega el turno de la tarjeta de sonido. Y para finalizar, vamos a solucionar el problemilla con la PCMCIA.

Pero todavía queda un elemento importante: el soporte para USB. Para habilitarlo, hay que instalar el suplemento que viene en del CDROM de Windows 95. Cuando el proceso termina, llega el momento de dar soporte a dispositivos de almacenamiento, para lo que he descargado un controlador para esta versión de Windows. Con esto, dejamos el sistema definitivamente listo.

Recuerda que todo el software específico que vayamos usando esta disponible en nuestro museo.

Y ahora vamos a ver y oír cómo es el arranque de Windows 95 OSR 2.5 en este portátil.

Como entrante, vamos a probar un programa que todos conocemos. Winamp apareció en abril del 97 y rápidamente se convirtió en el reproductor de MP3 más usado, un formato que apareció 4 años antes pero que no se popularizó hasta esta época, principalmente porque requería una potencia de procesador que no era habitual hasta que los Pentium se abarataron.

Uno de los reclamos de este portátil fue su tarjeta de sonido Yamaha OPL compatible con Sounblaster Pro. Los altavoces saturan pronto y con la música del 97, no se aprecia demasiado la anunciada calidad.

A partir de ahora, se hará una captura del audio en vez de grabarlo.

Juegos

Broken Sword 2

Ahora vamos a pasar al apartado lúdico. En esta época, nos encontramos ya en el ocaso de la era dorada de las aventuras gráficas. Aparecieron algunos títulos que pusieron el broche de oro a este género. Broken Sword 2: Las fuerzas del mal, salió en octubre del 97 y continuó con la esencia y la calidad de su primera entrega.

Fue un gran éxito no solo gracias al tirón que tuvo la primera parte sino también gracias a la trama, la música ambiental, las voces y las ilustraciones hechas a mano. Como otros tantos títulos del género, técnicamente no destacaba demasiado pero en su conjunto, era una obra de arte.

Need for Speed 2

Need for Speed 2 apareció en mayo del 97 y fue un juego técnicamente bastante avanzado. Esta versión todavía no tenía soporte para aceleración 3D, con lo que requería un procesador bastante ponente para moverlo de forma fluida. Además, esta carencia hacía que sus gráficos no fueran los mejores. Para corregir esto habría que esperar todavía unos meses a que apareciera la edición especial.

El juego tiene dos modos: arcade y simulación. A pesar de que para su desarrollo, se consultó a los fabricantes de los coches para que la física del juego fuera lo más realista posible, visto desde la perspectiva de hoy, el modo simulación se queda a la altura de un mal arcade.

Cuando empieza la carrera, queda claro que los 16MB de RAM se quedan un poco cortos. A pesar de ello, cuando pasan unos segundos, va razonablemente fluido. Por otra parte, parece que la pantalla DSTN no es un gran obstáculo a la jugabilidad en parte quizás al hecho de tener una tasa de fotogramas no muy elevada.

Quake II

La segunda entrega de Quake representa el estado del arte de los gráficos del 97. Apareció en noviembre y venía con la capacidad de usar aceleración 3D a través de OpenGL. Desafortunadamente, el Satellite 230CX sólo tiene aceleración 2D, algo que por otra parte, era lo más habitual.

En la configuración gráfica tenemos un amplio rango de resoluciones que van desde los 320×200 hasta la locura desmesurada de 1600×1200, una resolución que tiene prácticamente la misma cantidad de pixels que Full HD. Haciendo algunas pruebas, la configuración que encaja mejor en este PC es la de 400×300.

Cuando empieza la acción, queda claro que los 16MB de RAM se quedan cortos. Los tirones son constantes y parte del tiempo, la jugabilidad no es demasiado buena. Aún así, cuando el juego va bien, va bien de verdad. A esta resolución, el Pentium MMX a 133MHz da la talla y lo que es más interesante aún: la pantalla DSTN se porta decentemente.

Grand Theft Auto

La primera entrega de Grand Theft Auto apareció en noviembre del 97.

Este título, al igual que todos los GTAs que apareciendo el siglo pasado, usa la perspectiva cenital, lo que supone una diferencia muy importante con respecto al modo de juego en tercera personal que tienen versiones más recientes. A pesar de ello, la esencia del juego se ha mantenido a lo largo de las décadas, que básicamente consiste en ir del punto A al punto B y realizar ciertas acciones por el camino.

Otro rasgo distintivo de la saga es la música, y ya en esta época, la gente de DMA Design (que más tarde paso a llamarse Rockstar North), apuntaba formas.

Aunque es jugable, una vez más, la RAM de este PC se queda un poco justa y los tirones son constantes. En este caso, parece que el emborronamiento del panel DSTN está algo más presente, pero no supone un gran problema.

Age of Empires

La primera entrega de Age of Empires apareció en octubre del 97 y fue el primer título de Ensemble Studios.

La configuración gráfica da la opción de elegir entre tres resoluciones.

Hasta este momento, la mayoría de los juegos de estrategia tenían una temática fantástica o futurista. Su aportación fue precisamente basarse en civilizaciones de la antigüedad. De hecho, durante su desarrollo, Age of Empires se conocía como «El amanecer del hombre».

Puede que la mayor diferencia de esta entrega con respecto a versiones posteriores (además de la época en la que se basa) sea el hecho de que no se pueden hacer colas en la creación de unidades, por lo que hay que estar atentos a que terminen las peticiones de cada edificio.

Técnicamente hablando, al igual que el resto de juegos del gremio, no es especialmente avanzado. Cuando empieza la partida, da algunos tirones pero al cabo de los segundos, va completamente bien.

Como de costumbre, encontraréis partidas más largas de todos estos títulos en nuestra sección de videos.

Linux

En el 97 Linux todavía es un sistema operativo alejado del escritorio y habrá que esperar unos años para ver aparecer distribuciones que lo popularicen. En estos momentos, apenas existen una docena de distribuciones.

Hace un año que Debian ha sacado su primera versión estable y en julio del 97 aparece la versión 1.3 (Bo). En esta época Linux empieza a no ser tan desconocido, y quizás es cuando gana su fama de ser un sistema operativo no demasiado amigable.

Todavía habrá que esperar un año para ver cosas como el gestor de paquetes APT y los entornos de escritorio son prácticamente inexistentes. La primera versión de Gnome salió un mes después de Debian Bo y para KDE habrá que esperar un año más.

Como no tenemos disquetera ni lector de CDROM, se ha copiado el contenido de la imagen iso al disco duro, se ha redimensionado la partición de Windows y se ha reiniciado en modo MSDOS para arrancar el instalador con loadlin.

El proceso de instalación es sencillo siempre que no nos vayamos a la configuración de los módulos del hardware. Cuando termina la instalación, el equipo entra en un bucle de reinicios cada vez que LILO intenta arrancar el sistema.

Pensando que quizás ha salido algo mal por el hecho de usar Loadlin desde el modo MSDOS de Windows 95, se ha decidido tomar un camino diferente. En esta ocasión vamos a instalar el sistema en una máquina virtual. Una vez que lo tenemos, convertimos el disco virtual en una imagen en bruto y por último, copiamos con dd el contenido al disco duro físico del portátil usando un adaptador de USB a IDE.

Después de este proceso, el resultado es exactamente el mismo. Jugando con las opciones de la BIOS se ha podido comprobar que si se desactiva la caché del procesador, Linux arranca sin problemas.

Veamos ahora cómo es el arranque de Debian 1.3 en este PC.

La velocidad del sistema no es demasiada rápida, pero para nuestras pruebas, nos vale.

Nada más arrancado, consume algo más de 5 MB de RAM y el sistema ocupa en torno a 18 MB de disco duro. Debian 1.3 viene con la versión 2.0.29 del kernel.

Es posible instalar paquetes deb con dpkg aunque esta versión del sistema viene con un gestor de software llamado ‘dselect’. Con esta herramienta podemos ver la lista de paquetes de la distribución ordenada por categorías junto a una descripción. En esta época tenemos ya a nuestra disposición algunos programas y herramientas que todavía a día de hoy siguen vivas como Octave o Python entre otras.

Como dselect va demasiado lento debido a la desactivación de la caché, se van a instalar algunos paquetes con dpkg para preparar un entorno de desarrollo básico, lo cual es el compilador con sus dependencias y un editor de texto.

Para terminar, vamos a escribir un programa sencillo usando EMACS. Se compila con GCC y se ejecuta.

Si quieres que probemos algún sistema operativo, programa o juego en esta máquina, deja un comentario en el video o en nuestros foros.