Rebaños navideños

No, no me refiero a las ovejas que ponemos en los belenes navideños, sino a todas esas personas (borregos) que en un alarde de imprevisión, y sabiendo que todos los años ocurre lo mismo (atascos, extrañas subidas de precio en los productos que quedan, productos agotados…), dejan las compras de los regalos de Reyes para el último momento. Esas personas que se amontonan con sus coches en los accesos a los centros comerciales los días antes de la señalada festividad. Esas personas que logran que un recorrido de 19 Kms por carretera que no debería llevarme más de 30 minutos con tráfico se convierta en 1 hora (de aquí viene mi mosqueo, por si no se había notado). A todos ellos dedicarles mis mejores deseos para ese día (carbón, mucho carbón).

Mención a parte el descerebrado que esta tarde, con su BMW, iba adelantando por el arcén a todos los que esperábamos en el atasco dirección Parque Corredor (anda que estos se lucieron con los aparcamientos). A este cenutrio personaje desearle que su mujer se quede embarazada de trillizos y que estos le salgan tan simpáticos como Zaplana, tan guapos como Pozi y con tantas luces como Fresita.

Ale, ya me quedé a gusto.

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