Reparando la pantalla del Contura 420C

En esta entrada vamos a reparar la pantalla de un portátil que apareció allá por octubre del 95 y que originalmente venía con un 486 DX4 a 75MHz, 4MB de RAM, 350MB de disco duro y una pantalla STN a color de 8 bits de 640×480.

Este Contura 420C se ha conservado muy mal. Los plásticos se han vuelto quebradizos y la pantalla ha sufrido el síndrome del vinagre. Al hacer una exploración superficial, se aprecia una franja en el centro de la pantalla donde aparecen unas protuberancias alargadas que no parecen tener demasiada importancia. Pero cuando se enciende el ordenador, vemos que la pantalla ha quedado inservible.

Este portátil fue objeto de análisis en nuestra primera entrada. En la descripción de este video encontrarás un enlace. En esta ocasión, vamos a intentar reparar la pantalla de este 486 para darle una nueva vida.

Nunca he hecho algo así pero he encontrado un par de videos que me han dado pistas sobre cómo proceder. El primer video es de un tal Shuichiro Hirakawa que repara con éxito un portátil de Sony.

El segundo viene de un canal llamado i80386sx donde han intentado sin éxito reparar la pantalla de un Compaq LTE.

En pantallas LCD antiguas es habitual encontrarse con el síndrome del vinagre. Según la Wikipedia, este síndrome consiste en la descomposición de la película de celuloide producida por unas temperaturas de almacenamiento demasiado elevadas. Su nombre viene por un olor característico a vinagre que se desprende de dicha descomposición.

Capas de una pantalla STN

Las pantallas de cristal líquido STN están compuestas por 6 capas. De ellas nos interesan las dos más externas: el filtro polarizador y el sustrato de vidrio. El objetivo es reemplazar la película polarizadora que es el elemento que se ha descompuesto. Durante la actuación, habrá que tener especial cuidado para no dañar el sustrato de vidrio.

Sacando pantalla del marco

El procedimiento ha sido relativamente sencillo, pero tedioso. En primer lugar ha habido que retirar el panel del marco. Una vez fuera, se ha realizado una hendidura con un cutter en una esquina de la pantalla. A partir de dicha hendidura, ha sido posible introducir una cuchilla de las que se usan para limpiar la cocina y empezar a retirar la película polarizadora. Ha sido en este momento en el que la pantalla ha empezado a emitir el olor a vinagre.

Retirando la película descompuesta

Al final, como todo, tiene su técnica. A base de prueba y error, he llegado a la conclusión de que el proceso se puede dividir en tres pasos. El primero es retirar toda la película. El segundo consiste el raspar con la cuchilla el adhesivo hasta que queda una fina capa. Cuando conseguimos retirar parte del adhesivo, se limpia la superficie con acetona. Estos dos últimos pasos se pueden ir alternando.

Sobre decir que el proceso es muy delicado, porque para retirar el adhesivo hay que hacer una fuerza considerable, así que hay que tener mucho cuidado para no rallar ni partir el vidrio de la pantalla.

Retirando el adhesivo

Debido a la emisión de los gases provenientes de la evaporación de la acetona y los gases que salen de la descomposición de la pantalla es aconsejable tener la habitación ventilada. Además, debido a la producción de pequeñas partículas de adhesivo durante el raspado, he usado mascarilla, que en el momento del rodaje de este video, todavía no ha vuelto a ser una rareza.

Pantalla limpiada con alcohol etílico

Cuando se ha retirado todo el adhesivo, he terminado de limpiar la superficie con alcohol etílico. Para comprobar que no se ha roto nada durante el proceso, he instalado la pantalla. Como curiosidad, se puede ver que la pantalla aparece completamente ne blanco. Usando la lente polarizada de unas gafas de Sol, se puede ver qué información se esconde tras esa luz blanca.

Lente polarizada de unas gafas de Sol

Esto sucede porque de la pantalla sale luz polarizada. La luz polarizada que sale de cada subpixel está compuesta por fotones con las mismas componentes transversales del campo eléctrico. Si ponemos un filtro polarizador lineal delante de luz polarizada, sólo veremos aquellos fotones que estén alineados con nuestro filtro. La pantalla la vemos en blanco porque ni nuestro ojo ni la cámara hacen distinción de la orientación del campo eléctrico de los fotones que se emiten, pero en el momento en el que discriminamos aquellos que no están alineados con nuestro filtro, aparecen imágenes y colores. En función de la orientación, la intensidad será mayor o menor. Si el filtro está girado 90º, se invertirán los colores ya que se dejará pasar luz cuando la orientación del subpixel es tal que se quiere bloquear y viceversa. Aplicando un campo eléctrico a cada subpixel, se puede controlar la orientación y así es como se regula cuánta luz se deja pasar.

Nueva película

Para la película polarizante existen varias opciones. En mi caso he elegido un film de 30×30 cm autoadhesivo que viene de Alemania aunque existen alternativas chinas algo más económicas. Podría haber elegido uno más pequeño, pero al no saber el ángulo de polarización, he elegido una que valga para cualquiera.

Imagen invertida

No tengo ninguna información sobre el plano de polarización de esta pantalla, así que voy a probar hasta encontrar el ángulo que de la mejor imagen. Lo más habitual es encontrarse con planos de 0, 45 o 90º. En este caso consigo una imagen invertida con bastante nitidez.

Giro de 25º

Al girar la película 90º, hubiera esperado obtener la imagen deseada, pero en su lugar, la imagen tiene muy mal contraste y no he podido mejorarlo con la regulación del contraste. Girando la película 25º, se obtienen mejores resultados, así que la instalaré de esta forma.

Cortando la nueva película

Ahora hay que medir y cortar la película. Para medirla, se ha rotado 25º y se ha aprovechado el hecho de que es transparente para dibujar un punto por esquina. A partir de dichos puntos, se ha cortado con un cutter y una regla.

El último paso consiste en pegar la película a la pantalla. Es un proceso un poco delicado ya que hay que evitar que queden burbujas de aire entre el film y la pantalla. Se ha colocado la película sobre la pantalla y se ha ido retirando muy lentamente la protección trasera mientras se hace presión sobre la superficie de contacto.

Pantalla de arranque de Windows 95

El resultado ha estado lejos de ser perfecto. Por una parte me ha sido imposible evitar las burbujas, aunque seguramente alguien más diestro consiga mejores resultados. Por otra parte, la imagen tiene una tonalidad rojiza y esto no sé por qué es. Quizás se ha estropeado algo en el proceso de raspado.

A pesar de todo, vuelve a ser usable.

Partida al solitario

Y para terminal, vamos a reestrenar la pantalla como se merece echando una partida a un clásico.

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